Poema

ETERNIDAD

Sueño las palabras de tu ausencia,

las que hicieron daño,

las que se llevaron el insomnio,

las que no despiertan, esas que aún me duelen.

Soñaría despierto estando lejos,

allá contigo sin ese sentimiento de abandono,

saliendo a flote de estas profundidades que me ahogan.

Desperté con mis ronquidos,

gritaban tu ausencia,

una pesadilla más y escribiré un poema en cada madrugada.

Yo no me quejo de perderte,

extraño mucho tu voz,

llamando tu mirada fija en mi rostro,

extraño dormir sin soñar nada.

Te llevaste las hermosas palabras que salían de mi boca,

las que pintaban coloridas nubes,

sobretodo las de tonalidades amorosas.

Duermen las letras que me perdonaron,

las frases que maldicen resuenan como siempre,

me siento viejo, la edad que no cuenta más que cuentos.

Qué dirían mis nietos de su abuela,

qué dirá su abuela a mis nietos,

pienso mucho y se me olvida a veces descansar un poco.

Cuánto puede aguantarse uno la pena abandonado,

he pasado por dos siglos y en la modernidad

sigue el mismo dolor que sufrí en otros tiempos.

Dicen que las mujeres hablan mucho,

que se quejan, que dicen tantas cosas,

que mueven al mundo,

los hombres somos iguales,

aunque nosotros tardamos una eternidad en comprender todo.

GAPFER

06/Noviembre /2015.

Dicen que de poeta y loco tenemos un poco, yo animado en mi locura, gusto de escribir desde hace algún tiempo. Ahora mismo comparto contigo en este espacio que nos junta con el mundo, la amorosa reflexión en esta obra sencilla, en la que encontrarás la profundidad de un corazón latiendo en la creativa escritura que emana como sonrisas festivas. Te agradezco por visitar las veces que desees esta boya que indica algo en el océano inmenso de las letras, como la cercanía a un Puerto de poetas donde las palabras son las olas que llegan refrescando el alma. Yo soy a lo corto y a la distancia solo un puente entre el corazón y el pensamiento que hacen de el espíritu creativo la oportunidad para liberar al ser humano e integrarse plenamente. Te abrazo fuertemente por ser ese buscador que encuentra y llega tocando con los brazos abiertos de su inquietud humana. GAPFER.