EL SILENCIO DE TU AUSENCIA
Irremediablemente tendré que acostumbrarme
al silencio de tu ausencia, la vida da unas
lecciones que dejan huellas imborrables en
nuestra memoria;
recuerdo como si fuera ayer,
que al compás de la música bailábamos, y
siempre alegre, tú ponías el sabor del momento;
que lecciones de convivencia tuve
de tu parte, de fortaleza y de nobleza.
Estoy convencido que donde estés hoy,
seguramente con Dios,
gozarás de una inmensa alegría y
contagiarás a todos de ti como lo hiciste aquí
con quienes tuvimos la oportunidad de convivir
contigo; te extraño mucho, pero a la vez, me
reconforta el hecho de saberte en paz, y que el
mundo en donde vives ahora, está reservado
para gente como tú, habré que practicar todo lo
bello que aprendí de ti, para que en mi propia
manera de ser, encuentre los dones que te hacen
una persona trascendente, viva, aún después de
la muerte. Descansa en paz mamá.
Gapfer
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