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EL JUEGO (Cuento)

Todo iba bien, el juego como nunca me involucró en completo estado de atención,

el ánimo del equipo siempre ha sido el mismo pero hasta ahora yo no me había sentido igual que todos.

La ambientación mantenía un ritmo de incentivada actitud deportiva, la rivalidad me ponía nervioso,

ninguna distracción podía vencer mis metas, llegué en un momento de cierto desgaste a la final,

pero concentrado, mi empeño en el triunfo sin duda alguna fueron decisivos, en el primer tiempo marqué tres goles,

la unidad del equipo y nuestra ofensiva se mantuvo hasta minutos antes de terminar la primera mitad.

No pensé en nada más que ganar, así comenzamos el segundo tiempo, era la tercera vez que me gritaban,

y eso me desconcentró tanto que en un mal pase, nos ganaron el balón, gool, se escuchaba con estruendo en un estadio repleto,

me molesté, estiré las manos, sentía mis dedos entumecerse, retome el juego con mucho enojo;

las jugadas cada vez eran menos eficaces y nos empataron, mi estomago hacia estragos,

me sentí cansado, enfadado, tanto tiempo invertido y de pronto todo va tornándose diferente.

Sudaba copiosamente, no sé si era el calor o esas emociones intensas que me invadían.

Otro descuido imperdonable, gool, gool, gool. Nuevamente, los gritos se repetían,

tomé el control y lo arrojé al televisor con tanta fuerza que se hizo pedazos, la pantalla,

afortunadamente salió ilesa, mi madre atestiguando mi berrinche,

contrariamente a mi actitud me miró con ternura y cierto miedo.

Perdí la final, el juego, los permisos, el hambre y el autocontrol.

Ahora que pienso mejor, “no iba bien todo”, yo había perdido antes de iniciar,

la oportunidad de compartir los alimentos en familia.

 

GAPFER.

Dicen que de poeta y loco tenemos un poco, yo animado en mi locura, gusto de escribir desde hace algún tiempo. Ahora mismo comparto contigo en este espacio que nos junta con el mundo, la amorosa reflexión en esta obra sencilla, en la que encontrarás la profundidad de un corazón latiendo en la creativa escritura que emana como sonrisas festivas. Te agradezco por visitar las veces que desees esta boya que indica algo en el océano inmenso de las letras, como la cercanía a un Puerto de poetas donde las palabras son las olas que llegan refrescando el alma. Yo soy a lo corto y a la distancia solo un puente entre el corazón y el pensamiento que hacen de el espíritu creativo la oportunidad para liberar al ser humano e integrarse plenamente. Te abrazo fuertemente por ser ese buscador que encuentra y llega tocando con los brazos abiertos de su inquietud humana. GAPFER.