Me gusta ser atendido cuando asisto
a un lugar de esparcimiento,
no sé cómo actuar cuando hay
tanta amabilidad alrededor,
tan sólo me sonrojo,
las sonrisas que profieren
las percibo de reojo,
las voces penetran en
cantos que armonizan,
hay una tenue música
que vibra en el ser mientras se lee,
conversa o consume,
todo es fresco en el ambiente,
las luces palidecen,
cada color a tono,
los muebles, el entorno,
todo es magia que distrae el tiempo de tu tiempo,
es la fiesta convenida por un precio,
el servicio al buen ánimo económico.
No sé cómo comportarme cuando me sonríen tanto,
cuando la voz de quien me atiende penetra de amorosa melodía,
cuando al preguntarme ¿Se le ofrece algo más?
Y la mirada es complaciente y sospechosa.
Soy ignorante en la emoción del momento,
el cuerpo se enciende,
la vista sugiere,
la voz demanda y entonces,
llega la cuenta.
GAPFER.
Dicen que de poeta y loco tenemos un poco, yo animado en mi locura, gusto de escribir desde hace algún tiempo. Ahora mismo comparto contigo en este espacio que nos junta con el mundo, la amorosa reflexión en esta obra sencilla, en la que encontrarás la profundidad de un corazón latiendo en la creativa escritura que emana como sonrisas festivas. Te agradezco por visitar las veces que desees esta boya que indica algo en el océano inmenso de las letras, como la cercanía a un Puerto de poetas donde las palabras son las olas que llegan refrescando el alma.
Yo soy a lo corto y a la distancia solo un puente entre el corazón y el pensamiento que hacen de el espíritu creativo la oportunidad para liberar al ser humano e integrarse plenamente.
Te abrazo fuertemente por ser ese buscador que encuentra y llega tocando con los brazos abiertos de su inquietud humana.
GAPFER.