ALTAR
- Por Fernando Galeana Padilla (GAPFER).
Desde ayer preparé cuanto gustaste en vida.
Los platillos típicos que deleitaste,
esas frutas que ves, acabo de cortarlas,
huelen a Sol, Tierra y frescura.
Las tortillas son de mano,
recuerdan nuestro origen de maíz dorado.
Hicimos un ritual de amor al amasar,
al moler las salsas preferidas.
Todos en familia colaboramos,
flores esparcidas en el suelo,
pintaron alfombras
de recepción a tu llegada.
Las luces de tantas velas
nos encendieron
los ánimos de vernos,
convivir como cada año,
rejuntarnos
riendo del recuerdo
y llorando nuestras penas.
Ahora que nos vemos todos
juntos celebrando,
extrañaba tanto parloteo,
mi mente descansa,
mi corazón late confiadamente
y se goza al espíritu como pocas veces.
Este momento es diferente,
se conjugan los tiempos.
Nos abrazamos y decimos todo,
el viento toca la música
que nos rodea,
trae consigo
las emociones encontradas.
Cada flama baila
en movimiento suave
con mis ojos,
lloran y lloro emocionado.
Desde niño conocí así a mis ancestros,
la frontera ahora es más endeble.
Cuando me alcance una vela
y el cempasúchil adorne los caminos,
también regresaré gustoso
a compartir con los míos.