DESTACADO,  Poema

DECLARACIONES (Vámonos Felices)

DECLARACIONES (Vámonos Felices)

Por Fernando Galeana Padilla (GAPFER)

 

Yo tenía eso que a ti te faltaba

Tú ahora tienes eso que yo sentía.

Cuándo demonios jugamos al pin pon y no

encontramos el momento justo para abrazar nuestros latidos.

 

Tú inventaste un mundo sin oxígeno,

Yo llevé mascarillas con tanques de repuesto,

El entorno se burló mil veces,

mis sarcasmos quedaron cortos,

tus castillos se construyeron

a prueba de intromisiones.

 

Yo encontré formas de escalar esas murallas,

 tú siempre me derribaste,

 fueron épicas figuras para disfrutar incomprensiones.

 

Yo lloraba escondido en tus calabozos,

ahí donde encarcelaba mis penas e impotencia,

 repasé mil veces las voces que escuché contigo,

tus palabras y las mías,

 las falsas y las que aún me suenan vivas.

 

Tú sufriste dos días, cuarenta y ocho horas

en que limpiaste con tus lágrimas la crujía

donde mantuviste la tortura, enloqueciéndome

con tus certeros golpes que pintaron las paredes

cómplices de indiferencia.

 

Yo provoqué el desenlace,

insistí al principio, hablé mucho,

abusé  del tiempo, dispuse de los coros del parque,

de los días soleados, del mar de luces naturales,

de la tecnología, de cada medio a mi alcance.

 

Tú me callaste con tu primer beso, con tu mirada, con algunas

Palabras que nos identificaron juntos, yo te llamaba, te buscaba,

Perdí a mis amigos que casi no tenía, fue la señal de un mundo que empezó

a quedarse sordo.

 

 

 

Fuimos lo suficientemente sensibles

para darnos cuenta que también

habían  otros, que las moscas existían

aunque nos enfadaran, que los zanates

no sólo querían comida,

que los vendedores ambulantes

no andaban de morbosos

Para vernos besar.

 

Sí, yo perdí el rumbo,

concedí darte un espacio,

 fui soberbio, pretendía adueñarme

de tus emociones, eso fue espantando

las mariposas hasta emigrar totalmente.

 

Sabíamos que la rutina aburre,

que  va aniquilando los sueños

como una fuga del grifo que no se repara y acaba

por   vaciar el tinaco en estos tiempos en que todos

los discursos no resuelven la falta de agua.

 

No te pertenezco, no me perteneces,

seremos los mismos separados,

yo con mi dolor, con mi culpa,

con la carga de todo el pensamiento.

 

Con la libertad,

que goza como frase interesante,

con mi tú, con tu yo,

reflejado en una cápsula lista para archivarse.

 

Tú ahora que te miro tan cerca,

eres como yo era con otra,

brillas con tu traje de silencio,

aun así, lo sé, me lloras y te lloro,

nos lloramos, tú, dos días,

cuarenta y ocho horas más menos,

yo quisiera cantarte, bailar la danza

del perdonarnos todo.

 

Tú y yo, aquí, nos vamos al carajo,

 es tan fácil mandar a pintar nuevos

cuadros al pintor que cobra por unas

cuantas obras que no siente.

 

 

Vámonos felices,

olvida al patán que se vistió de payaso,

sigue saludando al coro del parque,

esos pajarillos seguirán cantando,

llegarán  otros oídos dispuestos como tú y yo,

unidos en un  eslabón que no tenga candados.

 

Dicen que de poeta y loco tenemos un poco, yo animado en mi locura, gusto de escribir desde hace algún tiempo. Ahora mismo comparto contigo en este espacio que nos junta con el mundo, la amorosa reflexión en esta obra sencilla, en la que encontrarás la profundidad de un corazón latiendo en la creativa escritura que emana como sonrisas festivas. Te agradezco por visitar las veces que desees esta boya que indica algo en el océano inmenso de las letras, como la cercanía a un Puerto de poetas donde las palabras son las olas que llegan refrescando el alma. Yo soy a lo corto y a la distancia solo un puente entre el corazón y el pensamiento que hacen de el espíritu creativo la oportunidad para liberar al ser humano e integrarse plenamente. Te abrazo fuertemente por ser ese buscador que encuentra y llega tocando con los brazos abiertos de su inquietud humana. GAPFER.