Sólo los cobardes lloran con las cebollas,
Sintiendo la llegada del dolor expreso como
un niño el llanto amargo que enjuaga la pena de
saberte lejos, y en el extrañarte, voy dejando una a
una como lluvia en cualquier terreno,
sólo los cobardes palidecen al enfrentarse con las
lágrimas abiertas al espacio, Yo también he pelado
cebollas y he sido cobarde, solo ahora, he aprendido
a llorar sin pensamiento,
cuando el cauce de las aguas está limpio,
sin obstáculos, el corazón se expresa y el
llanto surge, aún de la alegría.
GAPFER.
Dicen que de poeta y loco tenemos un poco, yo animado en mi locura, gusto de escribir desde hace algún tiempo. Ahora mismo comparto contigo en este espacio que nos junta con el mundo, la amorosa reflexión en esta obra sencilla, en la que encontrarás la profundidad de un corazón latiendo en la creativa escritura que emana como sonrisas festivas. Te agradezco por visitar las veces que desees esta boya que indica algo en el océano inmenso de las letras, como la cercanía a un Puerto de poetas donde las palabras son las olas que llegan refrescando el alma.
Yo soy a lo corto y a la distancia solo un puente entre el corazón y el pensamiento que hacen de el espíritu creativo la oportunidad para liberar al ser humano e integrarse plenamente.
Te abrazo fuertemente por ser ese buscador que encuentra y llega tocando con los brazos abiertos de su inquietud humana.
GAPFER.