TRIVIALIDADES
Está nublado, si llueve hoy los vientos constantes serán
otra vez escenario de un recuerdo vivo.
Mudaré mis inquietudes a un lugar sin nubes, lamentaciones insoportables
resultan perversas
como un clima atípico.
No puede ser que el Sol evada sus responsabilidades
a esta tarde cumpleañera
Salgo a caminar con el silencio
de las mañanitas que han pasado
de moda entre la gente ausente
y la que se ha ido o alejado.
Aquí es cuando digo: “nunca pensé en trivialidades”, para aligerar lo
que pesa en la existencia, comer
palabras como pan que consuela.
Cumplir años no es más que eso
¿por qué he de exagerar en este momento en que festejo? La soledad no es otra cosa que celebrarse a sí mismo.
Caen algunas gotas ya, refrescan, bañan mis recuerdos, parece una meditación en la punta del cerro donde antes había iguanas, armadillos, conejos, risas,
compañía.
Me voy mojando, otra vez me llueve, el ego se adorna, camina con una temperatura menor a los acostumbrados treinta y dos grados, las palmeras se ven alegres, disfrutan no saberse olvidadas.
Llueve recio, aquí cabe decir que mis ojos son los únicos secos, ya ni al bostezar lagrimeo, uso artificiales gotas que van
limpiando la mirada.
Voy llegando, la ciudad ofrece una vista diferente desde abajo, el mar me reconoce y el ego sigue disfrutando al verlo cada vez más cerca.
Este camino se ve arrugado,
le han salido casas, calles,
negocios y edificios, la edad
se ve revelada en un instante
Así, cuando flotan los
recuerdos que arrastra
esta tormenta tropical
en forma de basura por las calles.
GAPFER.
Noviembre 8 de 2016.