JARDINEROS (CUENTO)
Jardineros
Fernando Galeana Padilla
Transcurre la mañana, en esas horas que vuelan, cantando con los pájaros desde muy temprano, hojas y hojas saludando.
Plantas con flores, árboles frutales, insectos rastreros, catarinas, abejas, chapulines, caballeros, arañas, chinches y parientes cercanos.
Movimiento dinámico, atrapa un ojo, atrapa dos, se juntan varios a observar otro mundo, se comparten sonrisas cómplices.
Hemos dejado de común acuerdo los televisores, los dispositivos, los móviles, creamos un tour al jardín, romper con la rutina.
Se vale tomar notas a lo clásico: Pluma y papel, las fotografías con flash y sin flash están prohibidas hoy.
Sólo la mirada atenta es suficiente para seguir adelante, varios ojos descubren detalles que uno no percibe en su momento.
Advierte nuestro guía no ser invasivos, tener cuidado de no destruir nada, ni modificarlo, se vale hacer preguntas.
Una hormiga toma la palabra y cuestiona ¿Yo también puedo? Entre risas de incredulidad el grupo escucha y el guía se niega.
Se discute fuerte sobre su postura, alguien con voz de autoridad sin serlo da permiso diciendo: “Pregunta lo que quieras”.
¡Ruido, ruido, ruido! exaltado el guía, los calla. Las reglas son claras y determinantes, ¿Quieren continuar? Silencio.
Las hormigas volvieron a lo suyo disfrutando del encuentro, se mostraba en su sonrisa la travesura del momento; Ahora cierren los ojos, respiren y exhalen tres veces.
Mantengan los ojos cerrados, sus oídos y demás sentidos alertas, desde este momento nadie habla, déjense atrapar del discurso de la naturaleza.
Conforme consideren suficiente, abren sus ojos y continuamos. Yo quiero decir algo se oyó la voz saliendo entre el grupo.
No es momento dijo el guía, la molestia nuevamente invadió al grupo, se decían cosas, el guía refunfuñó y continuaron.
Antes de terminar quiero recordarles sobre su compromiso de sigilo, llevan ya ustedes semillas para iniciar su propio jardín.
Nuevamente la voz del grupo, yo no tengo nada de semillas, ¿Cuando las distes? No son físicas dijo el guía.
No puedo explicar aquí de momento, continuemos ya casi terminamos.
La voz que recurrentemente decía algo, ahora sólo pensó: ¿Qué es esto? El grupo veía sorprendido una luz que no lastimaba, una hermosa luz.
Esta fuente de luz emanaba todas las especies de plantas, los insectos y aves eran los jardineros.
No se reponían de tantas sorpresas y en la última etapa del recorrido, llovían plumas de todas las aves conocidas.
De todos los tamaños de todos los cantos, graznidos, de todas las voces. Si alguno de ustedes escucha su nombre, se acerca por favor.
Ahora síganme por este lado, acá está la salida.
Es momento de escuchar sus inquietudes, sólo una pregunta podré contestar para cada uno externó el guía.
La voz que recurrentemente tenía algo que decir se vio imposibilitada de hablar cuando el guía dijo: escríbanla y me la entregan.
La mayoría entregó sus preguntas escritas que fueron compartidas y dando respuesta al grupo, el guía notó junto a los demás que faltaba una.
Se dirigió a la voz acostumbrada a hablar y le inquirió ¿tienes una pluma de águila en tu bolsa?
Todos admirados atestiguaron que tomó una pluma de águila y la mostró ¿Qué significa? Te han elegido le dijo el guía, tú escuchas las voces con tu nombre.
Cada miembro del grupo le dio un fuerte abrazo y se fueron retirando, quedaron el guía y el elegido, mirando su pluma preguntó:
¿Por qué yo? El guía mostró una sonrisa parecida a la de las hormigas, y dijo, Son todos.
Cómo, no entiendo. Sí, dijo el guía los demás escucharán la voz cuando lleguen a casa, ahí comprenderán que también fueron elegidos.
Además ahora que tienes la pluma, te diré algo quizás desconcertante, rebasa las fronteras del entendimiento para personas como ustedes antes de entrar. ¿Qué quieres decirme? Que hay más gente elegida, ¿no sientes que alguien más nos acompaña? que ha sido testigo desde que hicimos el recorrido y ahora mismo ¿Sientes su mirada de asombro? Sí, siento algo pero aún no alcanzo a asimilarlo.
Lo que sentimos es a otro elegido, está en una dimensión diferente pero fue invitado por una de las fuerzas de la naturaleza humana, se llama curiosidad. Este curioso observador también ha sido elegido. Ahora mismo seguro pensará si estamos hablando de su persona, cómo es posible, probablemente diga alguna tontería, pero cuando se encuentre con una planta, un jardín o insectos, escuchará su nombre.
Nuevamente la voz irrumpió diciendo: y ¿La pluma? ¿También tendrá una pluma? No, dijo el guía, tendrá un cuento.
Marzo 29 de 2016.
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