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INVASIÓN AUDITIVA

 

Distraigo los ruidos que aquejan la existencia,

los que impiden concentrarme,

los que desvían los propósitos de parabienes,

esos que atentan al pensamiento,

que irrumpen, que molestan,

que se ubican sin invitación;

esos ruidos mal habidos,

que ni de acuerdo nos ponemos en clasificarlos,

porque a mi me incomodan,

me distraen y otros gozan y/o toleran,

hemos creado sonidos de tortura que no mueren,

que nos matan, enloquecen;

virus auditivos que enferman.

 Me gustan los sonidos naturales,

las conversaciones amistosas,

tus sonidos en la cama,

tu voz que llama,

el canto alegre y tu risa a carcajadas.

 Pinche ruido, carajo, que se vaya a la chingada.

 

 

GAPFER

Dicen que de poeta y loco tenemos un poco, yo animado en mi locura, gusto de escribir desde hace algún tiempo. Ahora mismo comparto contigo en este espacio que nos junta con el mundo, la amorosa reflexión en esta obra sencilla, en la que encontrarás la profundidad de un corazón latiendo en la creativa escritura que emana como sonrisas festivas. Te agradezco por visitar las veces que desees esta boya que indica algo en el océano inmenso de las letras, como la cercanía a un Puerto de poetas donde las palabras son las olas que llegan refrescando el alma. Yo soy a lo corto y a la distancia solo un puente entre el corazón y el pensamiento que hacen de el espíritu creativo la oportunidad para liberar al ser humano e integrarse plenamente. Te abrazo fuertemente por ser ese buscador que encuentra y llega tocando con los brazos abiertos de su inquietud humana. GAPFER.