CUANDO DIGO GRIS
CUANDO DIGO GRIS
Por Fernando Galeana Padilla.
Me he vuelto polvo,
polvo esparcido por los aires,
grises partículas que no aspiran
a quedarse en ningún sitio.
Cuando digo gris no es un color,
no es palabra exacta,
no es significado único,
no es la manera de decir algo vivo,
no es lamentación ni eficiente lenguaje
que figura la retórica,
ya quisiera ser referente de esas voces encantadoras.
Gracias cielo abierto, planeta azul,
agua de todos los rincones,
volcanes en erupción, equilibrio.
Viajo sin futuro, sin fuerza,
sin alrededores fraternales,
sin poderes excepcionales,
voy incompleto, medio allá,
medio acá, todo dividido.
No soy agua, ni fuego,
ni aire sino polvo, color polvo,
ese que no pinta nada bello,
que escapa de sí mismo,
que no se hace caso, que no escucha,
ni mira nada, ese que ensucia las nubes y luego
llora por haberlo hecho, se lava sin tomar color, ni aroma.
Soy el que descansa en el tapete hasta que
lo sacuden violentamente para continuar
ensuciando las calles, las casas, las glorietas.
A veces me cuelo entre las alas de los pájaros
para no cansarme, para consolarme.
A veces me siento tan miserable
que dejo de respirar y me pulverizo.