AQUÍ YA NO SE VE MÁS QUE LA CONCIENCIA
Aquí ya no se ve más que la conciencia.
Fernando Galeana Padilla.
Entre las arenas movedizas la quietud no asegura nada, respirar sin agitarse es aprendizaje nuevo, es como si la locura fuera escrita y el loco una caricatura sin reflejar acciones reales.
De la cintura abajo cae el sexo, fatalidad de acostumbrado ritmo, el segundo anterior hice otro intento, salir avante, nunca tragedia.
Me satisface al menos la lentitud del hundimiento, me hace repasar lo valioso, la esencia que cuenta. No llegaré tan abajo cuando haya muerto.
Será el espacio amplio en la sustentable arquitectura de la muerte recibiéndome. Seguirán otras y otros por los territorios que aún no se hunden.
Aquí ya no se ve más que la conciencia, cuando sabe uno a dónde va se mira diferente, cambia como consuelo la sensación ególatra.
El milímetro en que se consume el tiempo se hace largo, desembocan recuerdos para una compañía urgente, cualquier sonido del entorno se aprecia como despedida.
Ya no siento el cuerpo como antes de estar sujeto a esta prisión de los placeres, queda parte del tronco y la cabeza libres.
Es irónico, ¿De qué me sirve el pensamiento libre?, sí claro para imaginar, eso podría valer al escribir otro poema, en este no hay salida.