VIGÉSIMO SÉPTIMO DÍA
Vigésimo séptimo día.*
Fernando Galeana Padilla.
En el camino de los pájaros encontraste los insectos, fotografiaste sus ojos, la asombrada belleza de sus cuerpos, el color del día, las cargas de los niños y sus culebrinas.
En las travesías por la playa oíste caracoles haciéndolos pintura, te enamoraste del mar y las sirenas, viste los demonios de la noche, su descomunal fuerza y los venciste.
Bromas infantiles recordadas en la risa de los acompañantes influyeron el carácter noble, la juventud se volvió un paso adelante, resistencia, plenitud.
Las horas pasaron en la meditada forma de comer lento, otras veces te sacudieron vientos de una duda entre vida y muerte. Amaneció el ser que te hace fuerte, la inteligencia asomada en el amor con que despiertas.
Tus palabras hacen sentir a los que escuchan una especie de desayuno americano. Juegas y te relajas, compartes una canción y eso se va sintiendo igual al respirar del universo.
El día que te sientes mal tomas una bolsa y tiras la basura, eres cuidadoso con el planeta; ahí está un tucán, mira con garbo, con gusto a su creador, unos cuantos mangos son el alimento del alma, el tiempo no es relativo, lo vives.
Tomas arena entre las manos, formas un hilo con ella, te entretienes, esa luna no va ahí: lo piensas y se esconde, un ser cercano te abraza, murmuran algo entre sus labios descubiertos.
Más allá de las estrellas la imaginación se nutre, las olas bailan con el año, es su vigésimo séptimo día, te atrapan ondas de tradicional canto y recibes todos los abrazos.
*A Juan Carlos.
Sábado 27 de enero de 2024.