LIMPIAR LA CASA.
Para qué quemar los cielos, se desgajan solos los improperios, un soplido resquebrajó los bajareques de los cerdos, por el lobo.
Paralelo a la tristeza llega la impotencia, se apersona el coraje, la angustia anticipó el espacio al sufrimiento.
Impunidad reventando la cuerda que brincaba a gusto, merecerán los demonios sus idioteces. Larga noche cerrándose, agonizando fiestas, culturas diversas incomprendidas que dan miedo, resistiré a la ignorancia común de mis congéneres y tomaré la iniciativa.
No hay porqué tirar culpas al cielo, resiste frustración matutina, el día comienza como siempre, la existencia resuelve todo.
Dejaré de asquearme muy temprano, aun queda espacio en el sendero, puedo resolver limpiar la casa y luego el basurero.
GAPFER.
01/Octubre/2014.