SE ACOMODAN
Se acomodan
Fernando Galeana Padilla.
Los oídos para escuchar, equilibrio, estabilidad, la boca para hablar, comer, besar y otras placenteras acciones. En el hablar eres un río, fluye tu decir, un lenguaje que no acaba.
Para escucharte mis oídos discriminan otros ruidos, filtran palabras que dan luz o se juntan con algunas que hacen música.
Nos miramos, es este amor la pieza exacta para resaltar un momento, lo único que falta, la construcción terminada con precisión.
Extendiendo las pupilas alcanzan un horizonte distinto, el pulso del planeta cabe entero, se distingue en todas las dimensiones, se convierte en un círculo dialógico:
Yo digo hola y escucho, tú dices hola y empieza un murmullo que llega al océano, escucho tus olas, un ritmo se vuelve hamaca.
El movimiento va y viene, los silencios son menos, van escaseando, la marea va subiendo, ni la Luna ni el sol se acomodan, todo eso y yo te escucho.
Caminamos vamos juntos yo contigo y tú con las palabras, son una especie de alfombra por la que se extienden los pasos.
El mar se hace desierto, las palabras son granos de arena en los pies lentos, dejamos las ciudades y la gente, en el horizonte hay dunas solo dunas.
Ni e l sol ni la luna se acomodan solo nosotros, yo te escucho, tú hablas, en el lenguaje aparece el paisaje y en mis oídos.
Llegamos al punto en que dices adiós y callas, te crecen las orejas, de mi boca salen cosas, emociones, responden cada silencio, flores que dispersan sus semillas, salen árboles frondosos, llueve para darles vida.
Ahí donde la Luna y el sol se acomodan las palabras hicieron el amor, se despejó el cielo logrando verse y sentirse, se juzga una exageración, tú y yo así somos.