SENSACIONES DE UN ENCIERRO
POR FERNANDO GALEANA PADILLA
Entonces comenzó la música
salieron con alas notas de claridad básica,
volaban entre los rostros de mi infancia
y la alegría que se desbordaba entre las copas.
Perfecciones de una imaginación sin precedentes
convertía una rosa en el beso deseado tanto tiempo,
un rayo enloqueció mi mente,
las oscuras sensaciones de un encierro
arraigaban las libertades pasadas.
Temía no ser el mismo,
una línea que recorre incesante,
apedrea, oprime los botones,
sus códigos, te distrae creando las tormentas,
desayunan lo mismo,
pero era la música lo que realmente valía.
Giraban los soles que llamamos luceros,
giraba el amor que se quedó varado,
todo enrojeció, se nubló la ocasión
de la felicidad que permaneció sentada.
Desde lo alto en la imposibilidad de la mirada
descendían mis ojos para descubrirme
entre lágrimas de una lluvia azucarada.