ETERNIDAD
Sueño las palabras de tu ausencia,
las que hicieron daño,
las que se llevaron el insomnio,
las que no despiertan, esas que aún me duelen.
Soñaría despierto estando lejos,
allá contigo sin ese sentimiento de abandono,
saliendo a flote de estas profundidades que me ahogan.
Desperté con mis ronquidos,
gritaban tu ausencia,
una pesadilla más y escribiré un poema en cada madrugada.
Yo no me quejo de perderte,
extraño mucho tu voz,
llamando tu mirada fija en mi rostro,
extraño dormir sin soñar nada.
Te llevaste las hermosas palabras que salían de mi boca,
las que pintaban coloridas nubes,
sobretodo las de tonalidades amorosas.
Duermen las letras que me perdonaron,
las frases que maldicen resuenan como siempre,
me siento viejo, la edad que no cuenta más que cuentos.
Qué dirían mis nietos de su abuela,
qué dirá su abuela a mis nietos,
pienso mucho y se me olvida a veces descansar un poco.
Cuánto puede aguantarse uno la pena abandonado,
he pasado por dos siglos y en la modernidad
sigue el mismo dolor que sufrí en otros tiempos.
Dicen que las mujeres hablan mucho,
que se quejan, que dicen tantas cosas,
que mueven al mundo,
los hombres somos iguales,
aunque nosotros tardamos una eternidad en comprender todo.
GAPFER
06/Noviembre /2015.