GURÚ
Gurú.
Fernando Galeana Padilla.
Meditaba, sintió morirse, coincidía en el paisaje ver pasar algo sombrío, se puso sus pesadas gafas para mirar y darse cuenta, era una iguana muy joven, se veía su cambio de color de piel de un tono verde a uno oscuro, se quitó los anteojos, quiso ver con su mirada de niño, de aquella recordada mirada que a tales distancias veía todo, entrecerró sus ojos y los abría en un parpadear forzando la vista; tomó un moco con delicadeza y lo escupió, lo maceró, lo untó sobre cada párpado, sintió algo de ardor, lagrimeó, cerró con una fuerza extraña ambos ojos, los abrió, en un pestañear ahí estaba la iguana su imagen viva, nítida; tiró los lentes, suspiró con una sonrisa agradecida, cuando la iguana volteó para preguntarle algo, él se había ido.