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LA CARPETA

LA CARPETA
Por Fernando Galeana Padilla.

Cuatro días sonriendo falsamente

en la abundancia de gestos cotidianos. En los corazones  rotos surge

un declive por tales indicios de entregar sin miramientos las pasiones. En la memoria

se atraviesan lugares donde la emoción te hizo añicos,

el tiempo no era una palabra congelada,

bailaba contigo, se acomodaba a tus circunstancias,

jurabas tener todo en plan perfecto.

Al deponer El Sol su radiante celestial

cayó la sombra de todos los temores recogidos,

guardados en una caja con los más sofisticados blindajes,

quedaría abierta frente a la falta de luz.

Ahí es donde en la inverosimilitud,

la suma de lo que somos se va apagando,

un tenor canta canciones tristes,

se oyen en la cercanía del precipicio donde había un coro de estrellas.

Las transformaciones que se pensaban alcanzar

para un próximo futuro quedaron varadas,

se llegó a un final donde la felicidad fue vista

por última en la televisión vía streaming.

Todo se secó, el planeta que tenía un azul

como ninguno, agoniza contigo,

mientras escribo tú mueres y te sigo,

quizás nadie pueda leer esto.

Ahora en este imaginado texto cierro la carpeta donde

guardo uno de mis peores temores, el pesimismo.

Dicen que de poeta y loco tenemos un poco, yo animado en mi locura, gusto de escribir desde hace algún tiempo. Ahora mismo comparto contigo en este espacio que nos junta con el mundo, la amorosa reflexión en esta obra sencilla, en la que encontrarás la profundidad de un corazón latiendo en la creativa escritura que emana como sonrisas festivas. Te agradezco por visitar las veces que desees esta boya que indica algo en el océano inmenso de las letras, como la cercanía a un Puerto de poetas donde las palabras son las olas que llegan refrescando el alma. Yo soy a lo corto y a la distancia solo un puente entre el corazón y el pensamiento que hacen de el espíritu creativo la oportunidad para liberar al ser humano e integrarse plenamente. Te abrazo fuertemente por ser ese buscador que encuentra y llega tocando con los brazos abiertos de su inquietud humana. GAPFER.