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¡QUE DELICIOSO ES EL PAN!

¡QUE DELICIOSO ES EL PAN!
Por Fernando Galeana Padilla

Francamente es de decirlo: ¡Que delicioso es el pan!
Cada mañana se asoman los aromas con la voz cuasi mágica
de panaderos y bolilleros girando por el mundo del antojo que despierta.
Podría citar un sinfín de piezas que he probado en esta vida llevadera,
ningún día es igual, pruebo un pan diferente.
No sé por qué al comentar con otros no se asombran,
comer pan es un acto de soberanía alimentaria.
Probar de todo es la gran experiencia conectando
con las interrogantes menos comunes sobre su origen.
Cada pueblo tiene una visión de humanidad en su cocina,
el pan es un gran símbolo de ello.
Es posible que alguien diga: ¿Eso qué importa?
Sólo hay que comer. Cierto cuando no falta,
saborear es un acto de confianza, denota abundancia.
Cuando la verdad del pan se hace presente: sientes voces al comer,
alegría, hombres y mujeres trabajando, disfrutando lo que hacen.
El pan es la generosidad que compromete a vivir decentemente,
a valorar la familia, el planeta, a comer sin culpas.
Te diré sin pudor alguno: Las semitas, los chamucos
y el ponte duro están de apoteosis ahora.
Cuando amanece, un pan es esperanza,
llega un murmullo de fiesta saliendo del horno.

 

 

Dicen que de poeta y loco tenemos un poco, yo animado en mi locura, gusto de escribir desde hace algún tiempo. Ahora mismo comparto contigo en este espacio que nos junta con el mundo, la amorosa reflexión en esta obra sencilla, en la que encontrarás la profundidad de un corazón latiendo en la creativa escritura que emana como sonrisas festivas. Te agradezco por visitar las veces que desees esta boya que indica algo en el océano inmenso de las letras, como la cercanía a un Puerto de poetas donde las palabras son las olas que llegan refrescando el alma. Yo soy a lo corto y a la distancia solo un puente entre el corazón y el pensamiento que hacen de el espíritu creativo la oportunidad para liberar al ser humano e integrarse plenamente. Te abrazo fuertemente por ser ese buscador que encuentra y llega tocando con los brazos abiertos de su inquietud humana. GAPFER.