SIN MAYOR PRETENSIÓN
SIN MAYOR PRETENSIÓN
Por Fernando Galeana Padilla.
Llovía era la noche de una expresión cercana,
una atención amable, mutua, mojada.
En el planeta nada parecía extraño,
los astros rotaban en su giro extraordinario.
Unos segundos siguieron la sensación de eternidad cósmica,
dio parte a una narrativa nueva.
Las distancias no parecían años luz,
había un resplandecer con los ojos cerrados. El movimiento de la vida
que es sentida como expresión física y orgánica.
Era un todo que se poseía a sí mismo, un erotismo celestial abrazado.
Ondulaciones de luces y sonidos,
viajando en un anonimato de códigos matemáticos
como se lee la vida, la pasión, el deseo y la esperanza.
El escenario donde viajan los sueños,
donde arriban dónde se acercan, donde nunca llegan.
En ese sentir que nos provoca seguir respirando,
la historia avanza, es el horizonte.
Sigue lloviendo, nubes que bajan y suben,
el viento juega entrando a escena.
En la cercanía se mueve todo,
alrededor se escucha la insinuación de un optimismo raro.
Las ventanas se abren,
las puertas se abren,
el corazón humano se abre.
Estamos de la mano sosteniéndonos
recreando el universo sin mayor pretensión que disfrutarlo.