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SIMPLEMENTE DECIR
Simplemente decir. Fernando Galeana Padilla. Quería decir algo desde ayer o más tiempo antes, uno no tiene secretos para sí mismo, pospone situaciones, deja de lado alguna inquietud. Decir ciertas cosas no es fácil, menos cuando quieres ser sincero y hablarle a los demás, a esos que te importan. ¿Cómo lo tomarán? Es lo primero que viene en el pensar, decidir va posponiéndose. Se junta con cierta timidez, con la pena, con ser correcto, etcétera. Demasiado darle vueltas convierte las palabras en basura, en una apariencia que se oirá falsa, hipócrita, débil. Y en realidad no es una idea asombrosa, extraordinaria o fuera de lo común lo que he querido…
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SIN SABER DE TI
Sin saber de ti. Fernando Galeana Padilla. He dibujado tu sonrisa por si la memoria me falla, la frase se lee en particular tono generalizado, pero en verdad temo que en el reducido espacio y en la eterna distancia un día pase y no te recuerde: lloraré sin saber por qué, sin saber de ti, sin decir nada, ni tu nombre.
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SOLILOQUIOS QUE SE VUELVEN COMUNES
Soliloquios que se vuelven comunes. Fernando Galeana Padilla. No voy a hablar de eso, la noche se siente fresca, las nostalgias perversas. En la bruma que transitó el día, un segundo cumplió con pasar inadvertido. Ese segundo vale a la suma de algún tiempo. Solo, es como el aire que está ahí sin contemplarlo. En los soliloquios que se vuelven comunes, se despiertan unos signos de interrogación interesantes, cuesta de pronto indagar el origen de tales dudas. El suelo es un nivel que puede representar una caída espectacular, pero hay más espacio, abajo en el inconsciente cuando surge la sensación de culpa. La formación recibida es una lucha contante…
