UN POEMA DE COMO HABLAR BIEN
Un poema de cómo hablar bien.
Fernando Galeana Padilla.
Se me ocurre desengañarte, si llegaste aquí atraído por el título. Su pretensión absoluta de brindar esa respuesta tan anhelada.
Lo mismo pasaría si el título original fuera: Un poema de cómo escribir bien.
Las intenciones de hacer algo distinto no generan disculpas cuando se está convencido de seguir explorando el lenguaje.
Las palabras llevan la voluntad de quién las dice, cómo las dice, tenemos códigos comunes y aun así resultan dudas.
He tomado este artefacto para subir a cientos de pies de altura, tomar un paracaídas, aventarme, sentir el aire, el vértigo, la adrenalina.
Ver en fracciones de segundos pasar la vida, sentir la presión, reaccionar a tiempo, extrañar la tierra, la lectura y escritura, los significados.
Pensar en qué decirte al estar abajo o qué escribirte porque no estarás ahí para recibirme, en el relevante momento de aterrizaje.
Qué es el lenguaje en el simulado suicidio en que se convierte la idea de no sucumbir a la tristeza.
Las lejanas horas que anochecieron el horizonte de un pasado entrañable, tienen una secuencia sólo matemática.
En esas tendencias en qué se aprende a vivir de nuevo, sigo recordando a veces como auto tortura.
Las frustraciones se conservan mucho tiempo después cuando se guardan en el congelador.
En la atención de hablar y escribir bien, aprendí a pensar, detener el impulso, rehabilitar las ideas.
En el temor de que el paracaídas no abra hay tal sabiduría, una reconexión, un misterio emulando un nacimiento.
El lenguaje distingue el vacío exterior del interior, acude la palabra adecuada para darnos cuenta de infinitas posibilidades.
Un poema de cómo hablar o escribir bien no se encuentra, se busca siempre en cualquier parte.