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Se tachan los días a la vieja usanza
Se tachan los días a la vieja usanza Fernando Galeana Padilla. Todo un día es demasiado, la felicidad es infinitamente amplia, me la como con tortilla descongelada; ya pasó la fase uno, la dos. Se me acomodan las ganas de verme contento, leo, escribo, barro aquí, limpio entre tantas otras cosas que limpiar. A la televisión hemos dejado en visto, insulta la inteligencia familiar, pretendía apoderarse nuestro tiempo, hacerse cargo de una única forma de apreciar la vida. La comodidad viene en generar nuevas maneras de relacionarnos, compartir roles, ideas, travesuras, espacios. Aprecio mucho las pocas plantas que alcanzamos a adoptar entre nosotros, la verde compañía siempre se nota…
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EN EL FONDO DEL SILENCIO
En el fondo del silencio Fernando Galeana Padilla. Trotan con un silencio inaccesible, van como códigos revueltos, distraídos de la obviedad en un paisaje recurrente. Recordando las voces de todas las etapas, se mueven a veces como engendros de una risa insonora. Improvisan para confundir, hacen una especie de coreografía que añade a la emoción la intensidad inesperada. Suelen llegar como expresión de un día con el color que sobrevive, ese que quedó para servir de fondo. Insistiendo el mundo resucita, inca el diente, muerde cínicamente, se alimenta; vuelve el sonido, trotan como ruido establecido. El color de fondo cambia, las imprentas se oyen, muy lejanas, pero se oyen, el…
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SEPARAR LO ORDINARIO
SEPARAR LO ORDINARIO FERNANDO GALEANA PADILLA Por mientras entretengo la ocasión que se acumula, lleno las formas que se me antojan vivas, las que comen ansiedades, las que murmuran y se burlan de errores pasajeros. Ahorita que siento correr despacito la sangre por las venas, rumbo al corazón de ida y vuelta, en una de esas, podría ser que fluya una buena idea, reorientar la mente, disponer del entretenimiento ficticio, separar lo ordinario, distinguir los aromas de tanto ingrediente. Los compositores oyen las notas, seleccionan cada una, las repiten, juegan, hacen música, quedan tan satisfechos como esa mujer y ese hombre, se ejercitan en el amor de tal certidumbre…